Los intangibles hacen perder muchos puntos de rentabilidad y la calidad de comunicación es uno de ellos.
Un manager
en retail tiene que asegurar que la relación (comunicación) entre él y sus equipos y entre
los propios miembros de cada equipo es la adecuada.
Se piensan sesudas estrategias para la obtención de mejores
márgenes que no tienen posibilidad alguna de ser ejecutadas como se han
estimado por algo tan importante como es la falta de comunicación.
Si el responsable de la tienda no tiene buena relación con su
equipo o existen clanes enfrentados dentro de una misma tienda cualquier
inversión que la compañía realice será dinero tirado a la basura.
Que los miembros de una tienda trabajen codo con codo
durante ocho horas o más cada día no significa que tengan comunicación. Que
intercambien comentarios e instrucciones con esa frecuencia no representa que
se estén entendiendo ni que los comentarios e instrucciones tengan el resultado
deseado… y así se escapan muchos puntos de margen.
He visto
directores/responsables/gerentes de tienda que para corregir una situación
concreta y muy específica (como puede ser dejar producto para etiquetar en un
determinado lugar) han malgastado su tiempo en ir vendedor por vendedor
demandando el cumplimiento de lo acordado y hacerlo además cuando los
vendedores se encuentran inmersos en su labor diaria.
Los “Reinos de Taifas”, que se producen con el paso del
tiempo por dejadez de funciones del manager, tienen entre otras repercusiones
que distintos vendedores o departamentos terminen hablando idiomas distintos y
cuando digo que “hablan idiomas distintos” lo digo en su sentido más literal.
Ambas partes son incapaces de comprender lo que la otra les intenta explicar
porque los códigos que emplean desde hace mucho tiempo son distintos. Llevan
tanto tiempo inmersos en sus particulares burbujas que han terminado por
creerse su propia realidad, claro que esto no se produce en un día ni en dos
sino por el mantenimiento de esta distorsión en la cual el retail manager ha
sido un espectador excepcional… en el mejor de los casos.
Situaciones laborales no resueltas por falta de comunicación
provocan el “despido interior”, aquel en el que el empleado queda lobotomizado
y pasa al estado de “funcionario
quemado” que se define por un estado de conformismo, forzado principalmente por
el miedo e incertidumbre que existe a la hora de plantearse buscar un nuevo
proyecto profesional. ¿Cuánto se ha incrementado este miedo desde que el paro
está por encima del 20%?
En retail, existen a veces perfiles poco cualificados que
consiguen un excelente nivel de rendimiento, cuyos paradigmas y creencias les
hacen pensar que tienen que conformarse con lo que hay durante el resto de sus
días, porque han tenido la mala suerte de no tener un orientador que les
inculcara (en numerosas ocasiones por una comunicación deficiente) el ánimo y la importancia de formarse continuamente.
Aportaciones e ideas que los equipos hacen, al principio de
manera entusiasta y frecuente, que terminan siendo un “predicar en el desierto”
(falta de escucha) provocan especies de vendedores impermeables a cualquier
solicitud de proactividad, desmotivados y sin interés por comunicarse. Tal y
como ya he dicho acceden al estado de “espero la nómina a final de mes y no me
complico la vida”. Si por la mala comunicación existente el vendedor tiene que
realizar una tarea que no le corresponde y se encuentra en situación de despido
interior, la lleva a cabo sin plantearse que la ejecución de esa tarea
provoca no hacer otra actividad en la mayoría de los casos mucho más rentable
para la compañía.
Tan importante es en la comunicación del retail manager el
qué como el dónde y el cómo.
Desafortunadamente a los dos últimos aspectos mencionados no
se les suele dar la misma importancia y se acaban comunicando mensajes
importantes en lugares inapropiados y formas inadecuadas.
La falta de gestión del tiempo conduce a la falta de
planificación y ésta a su vez a la falta de comunicación (no tengo tiempo para comunicarme con mi equipo). La falta de
comunicación es directamente proporcional al rendimiento del negocio.
Si gestionas un equipo en una tienda o un grupo de tiendas,
cuestiónate primero cómo es la calidad de comunicación (¿relación?) que tienes
con tus equipos y también cómo es la comunicación entre ellos.
Las empresas se
obstinan en mejorar el tejado antes que los cimientos y se plantean acciones
para mejorar el margen sin antes preguntarse si las acciones tienen la
oportunidad de ser entendidas por los que las reciben y si el ambiente reinante
es el adecuado.
La comunicación efectiva entre los miembros de un equipo
comercial que tenga objetivos comunes es la base para su consecución y para el desarrollo
de acciones de mayor envergadura.
Si quieres mejorar tu margen plantéate qué tienes que
asegurar primero ¿la estrategia comercial o el nivel de comunicación de tus
equipos?...parece obvio ¿verdad?...
Francisco Galán.
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